miércoles, 24 de noviembre de 2010

De los procesos electorales y sus costes

Ayer conocíamos los resultados electorales al claustro de la universidad de la laguna, las candidaturas provisionales. Y digo provisionales porque aún queda un período de tiempo, marcado en el calendario electoral, en el cual toca resolver todas las reclamaciones a la comisión electoral. Veremos en que acaba la cosa. Y es que, recordemos, estos comicios pasarán a la historia por el alto nivel de denuncias que se presentó a la comisión. Ahora lo que toca es resolverlas y que no le tiemble el pulso a la comisión en llevar a cabo las sanciones más severas en contra de aquellos que, a razón de la misma, incumplan la normativa fijada. No se puede permitir el lamentable espectáculo que se dio durante el proceso de votación.

Pero ahora dejando al margen esta polémica, me gustaría centrarme en otra cuestión a mi modo de ver las cosas, más importante. Resulta que para el proceso electoral la universidad de la laguna financia con cargo a su presupuesto las campañas electorales de los grupos estudiantiles que se presentan al claustro. El total de esta cantidad asciende a la escandalosa suma de 5000€, siempre y cuando el resultado de dividir dicho presupuesto entre las candidaturas no supere los 700€ por cada agrupación. Y digo escandalosa porque en época de crisis que se les de 700€ a las agrupaciones para que peguen carteles por toda la universidad y parte de la laguna, carteles que después habrá que quitar y que conllevará otro gasto más, resulta cuanto menos demencial.

¿Cómo es posible que en una época como la que vivimos, marcada por la subida del precio público de las matrículas, recortes a las partidas, prohibiciones estrictas en materias fiscales, renovación de reglamentos de los colegios mayores y residencias de la universidad con el objetivo de penar más severamente el impago, se destine del presupuesto público, que recordemos que los pagamos entre todos no sólo entre los universitarios sino entre los ciudadanos, semejante cantidad de dinero a unos estudiantes que han demostrado que ni siquiera son capaces de seguir las normas del juego?

A todo esto hay que sumarle que no existe un método de control para verificar que el dinero se gasta realmente a lo que está destinado. Simplemente con una factura proforma se abre el cajón del dinero y se les da a las agrupaciones para que lo gasten. Resulta, por tanto, ridículos los compromisos de la ULL en materia presupuestaria, y más 
ridículas resultan las intenciones respecto al medio ambiente que promueve esta entidad. ¿Como es posible que los propios dirigentes que promueven el cuidado del medio ambiente financien la compra masiva de carteles? Y respecto a este tema, me sorprende el cinismo de esta entidad. Promueve por una parte el reciclado y el cuidado del medio ambiente impartiendo cursos y seminarios, y por otro lado utiliza 139146 papeletas y 23191 sobres para un proceso efímero que no dura más allá de 10 horas. ¿Acaso la ULL no dispone se material suficiente para realizar unas votaciones electrónicas, ahorrando la cantidad de papel y tinta que conlleva el método tradicional y el coste económico asociado? ¿No existe una oficina del software libre en la universidad que se encarga de la programación de las computadoras, que podría perfectamente diseñar un programa para tal función?.

Nuevamente quiero hacer hincapié en los costes asociados a todo este proceso, costes que por parte de la universidad no le han prestado ni la más mínima atención. Otro cantar es el de las agrupaciones electorales que, a iniciativa propia, deberían haber rechazado una financiación exagerada, buscar nuevos y alternativos métodos de promoción y proponiendo a la universidad, que al fin y al cabo esa es su función, otros fines en los que gastar ese dinero. Pero claro mientras que el dinero no les duela a ellos, estos episodios se seguirán repitiendo.

Para concluir me gustaría resaltar, una vez más, el castigo que el electorado dio a las agrupaciones de alumnos con una participación inferior al 10%. Para la reflexión queda, si episodios como los que acabo de relatar influyeron en dicho castigo.

Un saludo

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